Ocho consejos para que tu bebé se acostumbre a la cuna SNOO
Cada bebé tiene su propia personalidad. Algunos son tímidos, otros son extrovertidos, otros sensibles, también hay bebés que ni se inmutan ante el mundo que los rodea.
Del mismo modo, para calmarse y dormir, algunos necesitan chupetear, otros prefieren un ruido blanco o el balanceo, mientras que otros necesitan todas las 5 S’s para calmarse (y que estas se pongan en práctica con empeño).
Por eso, si tu bebé no se calma rápidamente en la cuna SNOO, sigue estos consejos:
1. Ten paciencia con los bebés «más mayores».
Si tu retoño tiene entre seis y ocho semanas, quizá necesite de cuatro a cinco días para acostumbrarse a los nuevos sonidos y movimientos. Cuanto más duerma en la cuna SNOO (de día y de noche), antes conseguirá calmarlo.
2. Colócalo en la cuna dormido.
Hemos llegado a la conclusión de que los bebés que suelen quedarse dormidos encima de mamá o papá necesitan tiempo para adaptarse. Si crees que ese es el caso de tu pequeño, prueba lo siguiente: cuando sea la hora de una de sus siestas o la de dormir, envuélvelo en el saco de dormir de la cuna SNOO, dale bien de comer, ponle el chupete (si le gusta) y acúnalo hasta que se quede dormido. Luego colócalo en la cuna despacio, sin que se despierte. Desde la aplicación SNOO, selecciona un modo de movimiento de nivel bajo (morado o azul). Después de cuatro o cinco días durmiendo en la cuna SNOO, ya se habrá familiarizado con el entorno.
3. Crea recuerdos bonitos en la cuna SNOO.
Intenta usar la cuna SNOO de tres a cuatro veces al día para hacer cosas bonitas. Por ejemplo, puedes darle un masaje en la cuna y luego tomarlo en tus brazos para darle mimos. Las caricias pueden ayudarle a asociar sensaciones agradables con la cuna SNOO.
4. Aprende a usar recursos de preparación para el sueño.
Comprueba si tu bebé tiene hambre, calor, frío o si hay que cambiarle el pañal. Cuando hayas cubierto todas sus necesidades, seguro que se calma y se queda dormido. Si aun así sigue agitado, consulta al pediatra.
5. Confía en tus habilidades.
La cuna SNOO debería surtir efecto en un minuto. Si pasados 60 segundos tu instinto materno/paterno te dice que SNOO no está haciendo su trabajo, saca a tu bebé de la cuna y no lo vuelvas a tumbar en ella hasta que se haya calmado. Nota: la cuna SNOO se apaga automáticamente a los tres minutos si no ha cesado la llantina, aunque no tienes que esperar tanto si no lo consideras necesario.
6. Envuélvelo con los brazos hacia abajo.
La inmovilización ayuda a los bebés a tranquilizarse con más rapidez. Si a tu criaturita escurridiza se le escapa un brazo (del saco de dormir SNOO), tendrás que apretar un poco la cinta que tiene en su interior. Asegúrate también de que la parte baja de la cinta del interior le cubra parte de la mano. La mayoría de bebés duerme mejor con los brazos sobre los costados hasta los tres o cuatro meses. Nota: todos los sacos de dormir SNOO tienen aberturas para sacar los brazos.
7. Ayuda a tu bebé a entender la diferencia entre el día y la noche.
Las familias que testaron la cuna en sus inicios nos contaron que los bebés se despertaban más a menudo de noche si se echaban siestas largas durante el día (y si no comían lo suficiente). Por eso, es recomendable que las siestas no duren más de dos horas. Por otro lado, si duermen con el estómago lleno, es decir, con más calorías en el cuerpo, se despertarán menos por la noche.
8. Intenta darle de comer, subir el volumen del ruido blanco y ponerle el chupete.
Algunos bebés necesitan una o dos tomas más antes de dormir, incluso si acaban de comer. Otros necesitan escuchar ruido blanco para calmarse. Por eso, si la cuna SNOO no consigue tranquilizar a tu bebé, puedes encender un secador de pelo a 15 centímetros del bebé durante unos minutos. O dale un chupete para ver si así se soluciona el misterioso problema. Si le das el pecho, es mejor esperar hasta que empiece a chupetear antes de darle un chupete o biberón. Punto a favor de los chupetes: un bebé que se queda dormido con un chupete corre menos riesgo de sufrir el SMSL.
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