Las abuelas siempre nos han dicho que es muy importante ir bien al baño, lo cual es especialmente cierto en el caso de los bebés. Los bebés de pecho no suelen tener estreñimiento. Es posible que emitan gruñidos y se note que están empujando al hacer de vientre, o que pasen unos días entre una caca y otra (en los primeros meses), pero incluso entonces, la consistencia de las heces será pastosa o suelta. Lo bebés de biberón, sin embargo, a veces tienen dificultades para evacuar ciertos restos más duritos. Afortunadamente, con un par de ideas que no carecen de lógica se puede solucionar el problema y proporcionar un alivio rápido.

¿Cómo saber si tu bebé está estreñido?

¿Hace de vientre todos los días? Perfecto. Es una señal que indica que su cuerpo está absorbiendo nutrientes y eliminando desechos.

¿Cuáles son las causas de estreñimiento en los bebés?

El estreñimiento en los bebés se debe principalmente a la alimentación. A continuación te presentamos algunas cuestiones que tal vez te interese consultar al pediatra:

  • Alimentación con leche de fórmula. Los intestinos de algunos bebés parecen ser sensibles a ciertas marcas de leche de fórmula (o incluso al tipo, ya sea concentrada o en polvo).

  • Alergia a la soja o los productos lácteos. Los bebés con alergia a la leche pueden sufrir estreñimiento, exceso de gases y otras molestias. Un profesional sanitario será capaz de determinar si tu bebé es alérgico a la soja o los productos lácteos.

  • Cambio en la dieta. Al introducir alimentos sólidos a la dieta, es posible que los ritmos naturales del bebé se vean afectados. Algunos de los alimentos que se les dan al principio tienen mucho almidón y, si el bebé no bebe suficiente agua, puede que acabe teniendo problemas de estreñimiento. Consulta al pediatra qué alimentos son los más indicados al principio para evitar el estreñimiento y cuánta agua debe beber al día.

  • Suplemento de hierro. Las vitaminas con hierro pueden hacer que las cacas de los bebés se conviertan en bolitas duras de color verde casi negro.

  • Deshidratación. Cuando los bebés no están lo suficientemente hidratados, las heces se secan y endurecen. Es muy fácil saber si un bebé está deshidratado: tiene el interior de la boca seco y pegajoso, orina menos de seis veces al día, la orina es de color amarillo intenso y presenta un olor más intenso de lo habitual.

Remedios para aliviar el estreñimiento de los bebés

  • Cambio de preparado. En ocasiones, el cambio de preparado para biberones puede ayudar a resolver el estreñimiento. Algunos bebés hacen deposiciones más blandas cuando, en lugar de beber preparados en polvo, se les administran pequeños preparados concentrados (o viceversa). Consulta al pediatra para obtener más información.

  • Diluir la mezcla. Las heces de tu bebé pueden mejorar si, una o dos veces al día, añades una cucharadita de zumo de ciruela madura (mejor si es ecológica) o 30 mililitros de agua directamente en el preparado (nunca se deben agregar cantidades superiores).

  • Darle agua. Si hace mucho calor y tu bebé muestra signos de deshidratación, puedes darle algunos mililitros más de agua, pero no olvides consultar a un profesional sanitario dado el caso.

  • Abrir la puerta. Cuando los bebés intentan hacer deposiciones, a veces tienen dificultades al tensar los músculos del estómago y relajar el recto de forma simultánea. Esto se debe a que constriñen el ano sin querer en lugar de relajarlo y, como consecuencia, no consiguen liberarse de la carga. Para que tu bebé relaje el ano, hazle la bicicleta con las piernas y presiona suavemente contra el estómago (repite este ejercicio varias veces). Si esto no funciona, introduce uno o dos centímetros un termómetro o un bastoncillo de algodón lubricados con vaselina en el recto. Por lo general, los bebés reaccionan expulsándolos y, a menudo, la fuerza realizada hace que los acompañen las heces.

  • Variar la dieta. Los alimentos blancos (arroz, cereales, productos lácteos, plátanos) son beneficiosos para tu bebé. Pero hay frutas y verduras (brócoli, ciruelas, ciruelas pasas, zumo de ciruela o de aloe vera fresco) que pueden ayudar a tu bebé a recuperar el ritmo.

Nota: nunca des a un bebé de menos de un año miel o sirope de maíz como laxantes.

¿Cuándo se convierte el estreñimiento de un bebé en síntoma de algo más preocupante?

A las dos semanas, los bebés ya suelen tener un buen ritmo intestinal. Los bebés de biberón suelen hacer deposiciones de una a dos veces al día, mientras que los bebés de pecho puede que incluso pasen un día más o menos sin hacer de vientre. De hecho, con un mes de edad, algunos llegan a pasar una semana sin dejar un regalito en el pañal.

Pero ¿cuándo debería ser motivo de preocupación? Lo mejor es que llames al pediatra si tu bebé lleva más de tres días sin evacuar. No obstante, si ves que tu bebé mama con debilidad, parece enfermo o su llanto suena apagado, no dudes en acudir al pediatra.

Si tu bebé sigue estreñido, parece débil o enfermo, es posible que el pediatra desee hacerle las pruebas de tres enfermedades que pueden estar enmascaradas por el estreñimiento:

  1. Hipotiroidismo. Esta afección de fácil tratamiento está causada por una actividad deficiente de la glándula tiroides y puede retrasar el desarrollo intelectual si no se trata.

  2. Enfermedad de Hirschsprung o megacolon. Esta rara obstrucción intestinal se produce cuando los músculos rectales no pueden relajarse para dejar salir las heces. Por suerte, puede corregirse mediante cirugía.

  3. Botulismo infantil. Es una enfermedad muy poco frecuente caracterizada por causar debilidad progresiva. Empieza por el rostro y el cuello, y puede llevar a una parálisis completa. Está provocada por las esporas del botulismo, que se encuentra en los dulces líquidos, como la miel y el sirope de maíz. Aunque sean seguros para los niños de edad más avanzada, nunca deben ser administrados a los bebés.

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