EMBARAZO
Escrito por
Dr. Harvey Karp
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¿Sabías que solo el 5% de las personas embarazadas dan a luz en la fecha prevista? A menos que tengas una cesárea programada, el día exacto del nacimiento de tu bebé será una sorpresa... lo más probable es que ocurra entre dos semanas antes y dos semanas después de tu fecha “oficial” de parto. Aunque el calendario no puede darte una predicción precisa, tu cuerpo tiene muchas maneras de darte pistas en forma de señales tempranas de trabajo de parto que te indican que el bebé está en camino. Aquí hay algunas señales tempranas de trabajo de parto que indican que el gran día se acerca.
Antes de que tus contracciones se acerquen cada vez más y antes de que se rompa la fuente, tu cuerpo da muchas pistas de que se está preparando para el parto. Algunas de esas señales de trabajo de parto temprano son sutiles (conocidas como señales de trabajo de parto silencioso) y ¡algunas son extremadamente evidentes!
Desde unas semanas hasta unas horas antes de que comience el trabajo de parto activo, la cabeza de tu bebé descenderá a tu pelvis en preparación para el nacimiento. Este fenómeno se llama aligeramiento y, curiosamente, no es tan notable... ¡hasta que te miras en el espejo y ves que la forma de tu abdomen ha cambiado! Además: esa falta de aliento que has estado sufriendo podría mejorar mucho a medida que el bebé se desplaza hacia abajo, alejándose de tu diafragma. Menos beneficioso: podrías experimentar una nueva pesadez pélvica o molestias, y una necesidad aumentada de orinar.
En los días previos al nacimiento, podrías experimentar un repentino aumento de energía junto con el deseo de limpiar, organizar o prepararte para tu bebé. Esto se llama anidar, y se cree que el impulso de organizar proviene de un deseo instintivo de crear un espacio seguro para el nuevo bebé. Aunque es maravilloso tener todos esos bodis pequeños doblados, biberones esterilizados y el espacio para dormir listo antes del gran día, no exageres con el trabajo físico. De hecho, ¡este es el momento perfecto para pedir ayuda a tus amigos y familiares!
Si has estado ganando peso constantemente durante el tercer trimestre mientras tu cuerpo continúa nutriendo a tu bebé, podrías notar que el número en la báscula deja de aumentar en los días previos a tu fecha de parto. Además, algunos futuros padres de hecho pierden entre 1 y 3 libras durante este tiempo debido a los niveles más bajos de líquido amniótico y visitas más frecuentes al baño. Esto es totalmente normal y no afectará el peso del bebé.
El cuello uterino es una extensión de tejido del tamaño de un pulgar que conecta la vagina con el útero (matriz). Durante el embarazo, el cuello uterino debe permanecer largo y cerrado. (La apertura prematura del cuello uterino, llamada insuficiencia cervical o cuello uterino incompetente, es una preocupación seria.) Sin embargo, a medida que se acerca el parto, el cuello uterino comienza a borrarse (acortarse y adelgazarse) y dilatarse (abrirse). (Aquí hay más información sobre la dilatación y el borramiento.) No necesariamente sentirás estos cambios tempranos, pero algunos futuros padres experimentan calambres similares a los menstruales durante la dilatación temprana. Más a menudo que no, la primera vez que muchas personas se enteran de que su cuello uterino está comenzando a dilatarse es cuando su médico realiza un examen y anuncia “Nos estamos acercando. ¡Ya estás dilatada 1 centímetro!” La parte complicada es que “acercarse” puede significar horas... ¡o un par de semanas! Cuando llega el trabajo de parto, el cuello uterino eventualmente se dilatará completamente 10 centímetros (4 pulgadas).
No te sorprendas si un día estás llena de energía y al siguiente... estás totalmente agotada. ¡La fatiga antes del parto es normal! De esa manera, el final del tercer trimestre puede parecerse mucho al primero... cuando realmente necesitabas una siesta. Aunque dormir puede ser un desafío cuando estás embarazada de nueve meses, haz tu mejor esfuerzo para descansar y guardar energía. Estar descansada será muy útil, después de todo, no por nada le llaman trabajo de parto.
Ese dolor sordo en tu espalda está aquí para decirte que tus músculos y articulaciones se están estirando y moviendo, preparándose para el parto. Tomar duchas calientes, salir a caminar tranquilamente o pedirle a tu pareja que te masajee la parte baja de la espalda puede ayudar. Pero, si el dolor de espalda empeora progresivamente, por favor llama a tu médico o partera... ¡tu bebé podría estar llegando pronto!
Un día o dos antes de que comience el trabajo de parto, unas hormonas llamadas prostaglandinas comienzan a actuar para ayudar a ablandar (o madurar) tu cuello uterino para que pueda empezar a abrirse. ¿La desventaja? Estas mismas hormonas pueden causar diarrea. (El embarazo es muy glamuroso, ¿verdad?) El lado positivo: Vaciar tus intestinos permite que tu útero se contraiga más eficientemente durante el trabajo de parto, ¡así que eso es una gran victoria! Debido a que la diarrea puede causar deshidratación, sigue bebiendo agua—mantenerse hidratada durante el embarazo es súper importante—¡y estarás bien!
¡Sorpresa: Ser torpe podría ser una señal temprana de parto! A medida que tu cuerpo se prepara para el parto, experimentarás un aumento en la hormona relaxina, que ayuda a ensanchar tu pelvis para el nacimiento. Pero debido a que la relaxina afecta a todas tus articulaciones, eso significa que otras partes de tu cuerpo también pueden empezar a sentirse más sueltas, lo que te hace ser más torpe de lo habitual. ¡Ten cuidado al caminar!
Acuosa, pegajosa, espesa... tal vez incluso rosa: Tu vagina puede secretar más flujo y mucosidad de lo que estás acostumbrada mientras tu cuerpo se prepara lubricando el canal de parto, facilitando así que tu bebé deslice hacia fuera cuando llegue el momento. ¡El flujo también puede contener pedazos de tu tapón mucoso que se van desprendiendo... más sobre eso en un momento!
Durante el embarazo, tu cuello uterino está sellado con un tapón de moco pegajoso... ¡también conocido como el tapón mucoso! Cuando el cuello uterino comienza a dilatarse (abrirse), el tapón mucoso empieza a desintegrarse y puede liberar un flujo espeso con tintes de sangre unos días antes de que comience el trabajo de parto. A pesar de su nombre, el 'bloody show' no debe presentarse como sangre roja brillante... por lo tanto, si ves eso, llama a tu proveedor de salud inmediatamente.
Los primeros signos de parto son una excelente alerta de que el evento real está por llegar pronto. Por supuesto, pronto puede significar horas... o días. Cuando comience el trabajo de parto “real”, esto es lo que experimentarás:
Hasta ahora, probablemente has estado experimentando contracciones de Braxton Hicks, las cuales ayudan al cuerpo a prepararse para el parto, pero en realidad no dilatan tu cuello uterino. A diferencia del verdadero trabajo de parto, las contracciones de Braxton Hicks son irregulares e impredecibles. Pueden ser incómodas, pero generalmente no son dolorosas y se sienten solo en el abdomen. Puedes aliviarlas caminando o cambiando de posición. Cuando comiencen las verdaderas contracciones, serán más fuertes, más frecuentes y eventualmente vendrán a intervalos regulares. A veces, estas primeras contracciones reales del trabajo de parto se sentirán como cólicos menstruales intensos, malestar estomacal o un fuerte dolor de espalda. Y, agárrate fuerte porque no hay nada que puedas hacer para detener estas contracciones... ¡además de tener al bebé!
Cuando tu bebé esté a punto de nacer, las membranas del saco amniótico (bolsa de aguas) se romperán liberando líquido amniótico (ruptura de membranas). A medida que el líquido pasa a través del cuello uterino y sale por tu vagina, puede haber una humedad notable, aunque podría ser desde un goteo hasta un chorro al estilo de una comedia de situación. No importa cómo experimentes la rotura de fuente, la mayoría de los futuros padres entran en trabajo de parto dentro de las 12 horas después de que se rompe el agua.
Solo alrededor del 10% no entran en trabajo de parto por sí mismas un día o más después de que se rompe la fuente. (Si la fuente se rompe antes de la 37ª semana de embarazo, se conoce como ruptura prematura de membranas o RPM pretermino.) Siempre informa a tu proveedor de salud si crees que estás perdiendo líquido. La apertura que permite la salida del líquido también puede permitir que la infección suba al útero y eso podría tener un efecto grave en tu bebé.
Generalmente, las contracciones de frecuencia e intensidad crecientes son una señal de que el trabajo de parto está comenzando. Pero antes de ir rápidamente al hospital o centro de maternidad, comienza a cronometrar tus contracciones, detallando cuánto duran y cada cuánto tiempo ocurren. (Cuando tengas una contracción, sentirás calambres o presión en todo el útero y a veces también en la espalda.) Tu médico querrá saber esta información para asesorarte sobre cuándo dirigirte al hospital, o si estás dando a luz en casa, cuándo debería llegar la partera licenciada.
Una vez que sientas unas cuantas contracciones seguidas, comienza a medir el tiempo. Si la tensión persiste durante 30 segundos o más, ¡bingo! ¡tenemos contracciones de parto! Cuenta el tiempo entre contracciones desde el comienzo de una hasta el inicio de la siguiente. Ten en cuenta que...
Independientemente de lo anterior, esté preparado para ir al hospital inmediatamente si:
Por supuesto, nunca dudes en llamar a tu médico o matrona si algo te parece inusual o no estás seguro de qué hacer.
Puede que veas señales de parto, como la pérdida del tapón mucoso, incluso hasta tres días antes de que el parto comience en serio. Pero eso aún no es el trabajo de parto real. Hay tres fases del trabajo de parto: temprana (o latente), activa y de transición. (Aprende más sobre las etapas del trabajo de parto.)
Dado que algunos de los primeros signos de trabajo de parto, como el dolor de espalda, son indistinguibles de las otras sensaciones extrañas del embarazo, es posible que tu cuerpo comience el trabajo de parto sin que tú lo sepas. Sin embargo, una vez que notes que tus contracciones se vuelven más fuertes, más largas y más frecuentes, es hora de entrar en acción. Asimismo, la ruptura de fuente será una señal inequívoca de que ¡ha llegado el momento!
Una vez que llegues a las últimas semanas de tu embarazo, estarás ansiosa por conocer a tu pequeño y cada nueva sensación puede parecer una señal de trabajo de parto. Aunque algunos de estos signos de trabajo de parto podrían significar que aún te quedan días, ¡o semanas! para el gran día, este llegará lo suficientemente pronto. Mientras tanto, puedes repasar todo sobre bebés, como este método revolucionario para calmar a los bebés.
Descargo de responsabilidad: La información en nuestro sitio NO es un consejo médico para ninguna persona o condición específica. Solo se proporciona como información general. Si tiene alguna pregunta o preocupación médica sobre su hijo o sobre usted mismo, por favor contacte a su proveedor de salud. La leche materna es la mejor fuente de nutrición para los bebés. Es importante que, en preparación para la lactancia y durante la misma, las madres lleven una dieta saludable y equilibrada. La combinación de lactancia materna y alimentación con biberón en las primeras semanas de vida puede reducir la producción de leche materna y es difícil revertir la decisión de no amamantar. Si decide utilizar fórmula infantil, debe seguir las instrucciones cuidadosamente.
