Tu bebé mide ahora entre 38 y 42 centímetros de largo y pesa entre 1,1 y 1,8 kilos. El cerebro de tu bebé está desarrollando conexiones neuronales, el hígado es una pequeña fábrica que produce muchos glóbulos rojos y los huesos siguen transformándose de cartílago blando a hueso duro. 

En los últimos meses, el aumento de peso de tu bebé provenía principalmente del cerebro, los intestinos y los órganos vitales, pero ahora ya sí que está engordando un poquito. Empieza a tener mofletes regordetes y, cuando esté listo para el gran día, puede que tenga unos muslitos como los de Buda y algún que otro michelín en la barriguita. Esa grasita de más es en realidad su salvavidas.

La grasa es un acogedor abrigo que lo mantiene abrigado. Recuerda, tu bebé viene de vivir en el clima tropical, el útero a 37 grados, y llega a un mundo más frío con 15 o 20 grados menos... ¡brrrr! Evidentemente, también quemará algo de grasa para mantener el calor corporal. Esa grasa también le servirá para nutrir su cuerpo y cerebro durante los primeros 3 ─ 7 días, hasta que llegue la leche.

Tu bebé está empezando a perder el lanugo, esa capa de vello fino que le ha crecido en la cara, las orejas y la espalda. En alguno de los frecuentes sorbitos que dé de líquido amniótico, tragará algunos de esos vellos, por lo que formarán parte de su primera evacuación intestinal, que será pegajosa y oscura y que recibe el nombre de «meconio».

Ah... y el hipo. Resulta que el ajetreo sincopado que sentirás de vez en cuando en el vientre son pequeños ejercicios de calentamiento que realiza tu bebé con el diafragma como preparación para el trabajo más importante que habrá de desempeñar durante el primer minuto después de nacer: respirar.

Semana 29 del embarazo: algo pasa con tu cuerpo

Si en alguna ocasión sientes algún calambre uterino, claro que debes consultárselo al médico o la matrona, pero no te asustes, lo más probable es que se trate de las famosas contracciones de Braxton Hicks.

Al igual que el hipo le sirve a tu bebé para ensayar antes de su gran debut, estas contracciones probablemente sirvan a tu útero de práctica para hacer calistenia y fortalecerse antes de que llegue tu gran día. 

La mayoría de mujeres experimenta las contracciones de Braxton Hicks, pero no todas las sienten o las notan. A veces se producen por deshidratación, así que, intenta beber agua y poner los pies en alto para ver si desaparecen.

Si los calambres son intensos, es posible que sea realmente el inicio del parto. Por lo general funciona así: las contracciones de Braxton Hicks desaparecen si cambias de postura, las contracciones reales no, además que tienden a intensificarse con el tiempo en lugar de cesar. Sin embargo, es muy importante que llames a tu médico si sientes algún calambre, aunque sea solo para asegurarte de que todo está en su sitio.

Las contracciones de Braxton Hicks, junto con las ganas constantes de orinar y el dolor corporal (manos hinchadas, tensión en la espalda, etc.), pueden impedir que descanses cómodamente esos días. Y puede surgir un nuevo problema: el cerebro de embarazada. Algunas mujeres se vuelven olvidadizas y a menudo parece que están en las nubes. Esto se debe probablemente a la privación de sueño y a las oleadas de hormonas que se arremolinan por todo el cuerpo. No hay mucho que se pueda hacer para «arreglar» el cerebro de embarazada, pero puedes intentar dormir más. También descubrirás que tomar notas y hacer listas se convertirá en una herramienta muy útil.

 

Lista de cosas que hacer en la semana 29 del embarazo

  • Detector de monóxido de carbono: instala un detector de monóxido de carbono en todas las plantas de tu casa, preferiblemente en la estancia en la que duerma tu familia o cerca de ella. El monóxido de carbono es un gas inodoro y resulta más peligroso para los bebés que para los adultos. Si ya tienes detectores, comprueba su buen funcionamiento con regularidad y ten a mano baterías de repuesto. Obtener más consejos de seguridad para el hogar.

  • Consigue un asiento para el coche: está claro que necesitas un buen asiento para el coche (consigue uno nuevo), aunque la parte más complicada es instalarlo correctamente. No dudes en pedir ayuda a un profesional especializado en asientos para el coche. Sorprendentemente, el 50 % de los padres no los coloca correctamente.

  • Espera que todo salga bien, pero no te confíes: es muy común que los recién nacidos tengan problemas de salud, pero no todos los hospitales están capacitados para atender a bebés enfermos. Pregúntale a tu médico o matrona cuál es el mejor hospital para tratar estos casos. Aunque vayas a dar a luz en casa o en una clínica de maternidad, haz los deberes y pregunta por las instalaciones cercanas, por si acaso.

  • La decisión de los pañales: los pañales con pipí, caca y las manchas de caca en la ropa pronto se convertirán en parte de tu rutina diaria, igual que comprobar tus mensajes. De modo que merece la pena que te pares a pensar en qué tipo de pañales vas a usar. Los pañales desechables, con recubrimiento de plástico, son los más habituales, pero al año se desechan 20 millones de pañales (3,4 millones de toneladas), para los que se talan millones de árboles y se necesita una cantidad ingente de vertederos. Otra opción son los pañales de tela. Puedes comprar un paquete de 20 ─ 40 o recurrir a un servicio local de pañales. O para ahorrar algo de dinero y reducir el impacto medioambiental, puedes hacer las dos cosas: usar pañales orgánicos y biodegradables durante el primer mes (que es cuando los bebés deponen caquitas abundantes y pegajosas), y luego usar casi siempre pañales de tela cuando hagan menos de vientre y los cambios sean sobre todo por el pipí.

Cita de la semana

La vida siempre se convierte en una experiencia enriquecedora y tranquila cuando uno espera a que algo suceda o eclosione. — E.B. White

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