¿Se deben evitar o aceptar los horarios? A los niños pequeños les encanta la rutina, pero ¿qué pasa con los recién nacidos y los bebés? Al igual que con otros muchos temas relacionados con la crianza de los bebés, hay más de una respuesta.

¿Necesitan realmente los bebés tener un horario?

Los horarios son un concepto moderno. Antiguamente no se daba de comer a los bebés según la hora de un reloj solar ni se programaban las horas de las siestas. Aun así, organizarse bien puede ser de gran utilidad para las madres de hoy en día y ayuda a los bebés a acostumbrarse a unos horarios más prácticos para las familias.

Obviamente, fijar unos horarios estrictos que releguen el llanto de los bebés a un segundo plano es una práctica antinatural y poco amorosa. Sin embargo, establecer unos horarios de sueño / comida flexibles puede ser de gran ayuda para los bebés.

Unos sencillos ajustes en los horarios de un recién nacido le ayudan a dormir

Un estudio realizado con bebés lactantes demostró que con dos sencillos ajustes en los horarios era posible mejorar notablemente la calidad del sueño en los primeros dos meses de vida:

  • Despertarlo para un «dream feed» entre las 22:00 y las 00:00.
  • Responder al llanto nocturno dedicando primero unos minutos a tomarlo en brazos o cambiarle el pañal antes de alimentarlo.

En tres semanas, el 100 % de los bebés con los que se habían seguido estos dos sencillos pasos ya conseguía dormir cinco horas seguidas, frente al 23 % de los niños con los que no se habían realizado estos ajustes en los horarios.

Los beneficios de ponerle horarios a tu bebé

Pensándolo bien, no es ninguna sorpresa que los horarios flexibles sean beneficiosos para los bebés. Después de todo, los más pequeños son capaces de aprender a una velocidad vertiginosa. Incluso antes de nacer, tu bebé ya reconoce tu voz y sabe cuál es tu música favorita. Por eso, aprender un patrón de alimentación y sueño no está ni mucho menos fuera de su alcance.

Algunos expertos aconsejan establecer unos horarios que sigan este orden: comer, jugar y dormir. La idea es introducir el juego entre las tomas y el sueño para que no relacionen comer con dormir. Esto les ayudará a aprender a quedarse dormidos sin necesidad de comer antes (por ejemplo, a las 2:00 de la mañana).

Puede parecer lógico, pero en realidad va en contra de la naturaleza de tu bebé. A los niños pequeños les entra sueño después de comer, por más que intentemos mantenerlos despiertos o jugar con ellos. Además, antes de acostarlo tendrás que llenarle la barriguita para que pueda dormir más horas seguidas.

¿Cómo debería ser el horario de un recién nacido?

Si quieres establecer unos horarios, te recomiendo que esperes aproximadamente un mes (hasta que se haya acostumbrado a las tomas) y que luego hagas lo siguiente:

  • Lleva contigo a tu bebé durante varias horas al día para que aprenda la diferencia entre el día y la noche.
  • Durante el día, da de comer a tu hijo cada hora y media o cada dos horas, y luego ponlo a dormir (procura que la siesta empiece antes de que se ponga a bostezar y te mire con carita de sueño).
  • Si duerme más de dos horas, despiértalo para completar la siguiente etapa de juego / comida. Ten en cuenta que las siestas demasiado largas harán que coma menos durante el día y tenga más hambre por la noche.
  • Dale el pecho en un lugar tranquilo para que no se distraiga y se niegue a comer.
  • Pon ruido blanco y atenúa las luces 20 minutos antes de que llegue la hora de la siesta o de irse a dormir. Esta práctica, además de tener un efecto tranquilizador sobre el sistema nervioso de tu bebé, le envía la clara señal de que se acerca la hora de dormir. Emplea la técnica «wake and sleep» para que vaya aprendiendo a relajarse por sí solo.
  • Despierta a tu bebé entre las 22:00 y las 00:00 cada noche para darle un dream feed. De esta manera, quedará saciado y estará preparado para dormir durante un periodo más prolongado.

Establecer unos horarios de comida / sueño flexibles puede ser de gran utilidad si tienes gemelos, más niños, si tu familia es monoparental o trabajas fuera de casa. La clave reside en ser flexible. Si habías planeado que tu pequeño se echara una siesta a las 13:00, pero a las 12:30 ya está que se cae de sueño, no pasa nada por saltarse la regla: dale de comer y acuéstalo un poco antes. Si tiene hambre antes de la hora «preestablecida», trata de distraerlo, pero si el berrinche continúa, no tardes en atender a tu retoño con prontitud y cariño. Ya retomaréis el horario en otro momento.

Nota: los horarios fijos y estrictos (por ejemplo, cuando no se cede ante el llanto de un bebé hambriento) son contrarios a nuestros instintos naturales, nos obligan a estar pendientes del reloj y pueden causar malnutrición.

Crear una rutina de antes de dormir ayudará a tu bebé a acostumbrarse a su horario

Sigue la misma rutina de relajación para el bebé todas las noches:

  1. Atenúa las luces
  2. Pon ruido blanco de fondo
  3. Dale un baño caliente
  4. Dale un masaje suavecito con aceite
  5. Dale el pecho o el biberón
  6. Envuélvelo
  7. Cántale una canción de cuna (este artículo te puede interesar: Canciones de cuna para dormir a tu bebé)

Pasada una semana, la rutina funcionará como la hipnosis. En cuanto establezcas una rutina para tu recién nacido, verás como ambos conseguís descansar mucho mejor.

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